Ministerio del Interior

Marlaska admite que los guardias civiles usan chalecos antibalas «de reserva» porque no hay de su talla

Los sindicatos de la Guardia Civil denuncian que "limitan su movilidad, comprometiendo su capacidad de reacción"

chalecos antibalas Marlaska

El Ministerio del Interior reconoce que los guardias civiles en prácticas están utilizando chalecos antibalas que no son de su talla. El organismo encabezado por Fernando Grande-Marlaska asegura que, si bien todos disponen de estos chalecos, en muchos casos se les entregan dispositivos «de reserva» que ya habían sido adquiridos por la administración, sin tener en cuenta si son de su talla. Algo que pone en peligro a estos efectivos dado que, tal y como denuncian los sindicatos de la Guardia Civil, «limitan su movilidad, comprometiendo su capacidad de reacción y operatividad».

«En las licitaciones de adquisición de este tipo de material, los chalecos antibalas se obtienen en diferentes tallas, de acuerdo con lo solicitado en cada momento por las unidades destinatarias finales (…) Ante la problemática existente a la hora de realizar las licitaciones de adquisición de este tipo de material sin conocer el personal que va a ingresar como Guardias Alumnos y sus tallas, lo que supone tener que dotarles con el material del que se dispone en reserva», asegura Interior en una respuesta parlamentaria.

Sin embargo, desde el ministerio de Marlaska aseguran que estos chalecos «están dotados de sistemas para ser adaptados a las distintas fisonomías». Algo que no comparten los representantes sindicales. El pasado mes de febrero, JUCIL, asociación mayoritaria de la Guardia Civil, denunciaba que, pese a que la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales obliga a la Dirección General de la Guardia Civil a proporcionar los medios de protección necesarios, muchos agentes carecen de chalecos balísticos adecuados a sus características personales, poniendo en riesgo su integridad física y su vida.

«La situación es especialmente grave en el caso de los efectivos en prácticas, quienes, a pesar de enfrentarse a los mismos riesgos que sus compañeros en activo, no cuentan con chalecos antibalas adecuados, viéndose obligados, en el mejor de los casos, a usar equipos de tallaje incorrecto o que limitan su movilidad, comprometiendo su capacidad de reacción y operatividad», aseguraban desde JUCIL que también denunciaba que esta situación se repite año tras año, sin que la Dirección General de la Guardia Civil tome medidas para solucionarla.

Chalecos, porras y grilletes

Las unidades de intervención y de seguridad ciudadana de la Guardia Civil vienen denunciando, de la mano de las asociaciones profesionales del Cuerpo, la falta flagrante de material que sufren en el día a día. Chalecos antibalasdefensas extensiblesgrilletes de alta seguridad para presos o sprays de autoprotección son algunas de las carencias que, ahora, desde la Dirección General han admitido dando la razón a las quejas.

Según señalaba la Asociación Unificada de Guardias Civiles, las unidades de Protección y Seguridad (SEPRPOSE) se enfrentan a «riesgos debido a la insuficiencia de medios». Así lo denunció ante el Consejo de la Guardia Civil, alertando de las carencias en el equipamiento, también de las unidades de seguridad que prestan servicio en centros penitenciarios (las que, entre otras misiones, trasladan a presos de alta peligrosidad).

El propio Consejo de la Guardia Civil contestaba a estas quejas, recurriendo a datos precisos aportados por el Mando de Personal. Y lo ha hecho reconociendo sin ambages la insuficiencia de medios, aunque «sin aportar soluciones a corto plazo». En el documento oficial del Mando de Personal se detallaba, punto por punto, los equipos que no han llegado a todas las unidades. Por ejemplo, los chalecos balísticos que evitan que los agentes sufran heridas graves o la muerte en caso de ser alcanzados por una bala en un órgano vital.

«Se han repartido 57.510 chalecos del modelo de seguridad ciudadana, asignados prioritariamente a agentes uniformados que prestan servicios fuera de los acuartelamientos. No obstante, el 10% de las unidades de Protección y Seguridad sigue sin contar con este equipamiento básico», puntualizaba AUGC en base a ese informe.

Sobre las fundas antihurto, necesarias para que un sospechoso no logre arrebatarle el arma a un agente, se señalaba que «en los últimos tres años se han adquirido 48.000 fundas para armas cortas, destinadas prioritariamente a unidades que custodian detenidos. Sin embargo, el 12% de estas unidades carecen todavía de dichas fundas».

En cuanto a defensas extensibles, el informe señalaba que aunque ya se han adjudicado 59.397 defensas, el 5% de las unidades referidas aún no cuentan con dotación individual. Lo mismo ocurre con los grilletes de alta seguridad (faltan a un 28% de las unidades de conducción de presos), los cinturones de anclaje para presos (falta un 15%) o los sprays de defensa (un 13%).

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